Por Constanza Falcato.
Por alguna razón, nunca parecían coincidir. Él, tan insistente, ella tan distante. Él tenía tanto para dar, ella apenas aceptaba sus tibios abrazos (siempre y cuando no estuvieran a la vista de los demás). Él la amaba abiertamente, ella lo quería mucho (o por lo menos eso quería creer). Él la miraba y se hipnotizaba, ella lo evitaba.
¿Por qué, si ella lo amaba en secreto, por qué no se lo había demostrado antes de que fuera tarde? Las respuestas nunca llegaron.
Él siguió con su vida: empezó una relación que a ella le pareció eterna con una chica muy bonita, que por cierto, era una de sus más íntimas amigas.
¿Por qué había ocultado su amor ante todos, cuando él no hacía más que luchar por conseguir un “te amo” de sus labios? Ahora su dolor la devoraba por dentro, y a ella no le quedaba más que sonreír. Se sentía sola; nadie conocía su pena.
Los besos que ahora le daba a otra; esos abrazos que una vez habían sido suyos. Quería tenerlo junto a ella, quería que él le perteneciera.
Hasta que ese día llegó: verlos juntos, no podía soportarlo más. Dejó salir todo su pesar. Gritó que ella lo amaba, que no entendía como esa maravillosa relación que nunca había comenzado, había llegado a su fin. Sus amigos la miraron, estupefactos. ¿Cómo era posible, si ella siempre lo había ignorado? ¿Acaso no quería verlo feliz? Es que ahora que lo veía con otra muchacha, lo quería para ella sola. “Egoísta” - pensaron muchos.
Ella, con las lágrimas cayéndole por las mejillas, trató de explicar con la poca fuerza que tenía en la voz, cómo habían sido las cosas. Nadie parecía creerle. ¿Por qué todos la juzgaban? Pareció entenderlo tiempo después, cuando pudo ver las cosas más claramente. Pero para ese entonces, su tiempo había pasado; ahora no solo se sentía sola, lo estaba.
martes, 30 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
que buen cuento co. me encanto como esta redactado y las palabras que usas. el tema, creo que representa a las adolescentes en general, a las inseguridades y prejuicios.
te quiero
agus
Mbien, Cosntanza. El comentario de Agus muy pertinente. Me encanta que Uds se lean!!!
Mariana
Publicar un comentario